El día 17 de mayo nos fuimos de excursión al parque temático Oasys.
Por la mañana temprano llegamos al cole, hicimos el recuento de las personas que iban a venir a la excursión y ¡nos subimos al autobús con dirección al Mini Hollywood!
Allí sucedió una cosa muy rara...Nada más entrar, nos convertimos en indios.
En total, éramos 5 tribus distintas:
- La tribu de infantil con las jefas Yolanda, Davinia, Mª José, Estefanía y Beatriz, y el jefe Enrique.
- La tribu de 1º y 2º de primaria con la jefa Herminia.
- La tribu de 3º y 4º de primaria con la jefa Belén.
- La tribu de 5º y 6º de primaria con los jefes Beatriz y Joaquín.
- La tribu de 1º y 2º de ESO con los jefes Francisco y Mercedes.
Nos separamos para explorar el nuevo territorio que se encontraba antes nuestros ojos. Las tribus de los más grandes se fueron a explorar el territorio más lejano y los más pequeñitos nos quedamos cerca de la entrada, en un campamento indio donde nos iban a contar una historia.
Despacito, despacito nos fuimos acercando y nos colocamos alrededor de un tótem con la cabeza de un águila. Una vez allí, y liberados de nuestras mochilas, hicimos un corro y nos sentamos.
Por la mañana temprano llegamos al cole, hicimos el recuento de las personas que iban a venir a la excursión y ¡nos subimos al autobús con dirección al Mini Hollywood!
Allí sucedió una cosa muy rara...Nada más entrar, nos convertimos en indios.
En total, éramos 5 tribus distintas:
- La tribu de infantil con las jefas Yolanda, Davinia, Mª José, Estefanía y Beatriz, y el jefe Enrique.
- La tribu de 1º y 2º de primaria con la jefa Herminia.
- La tribu de 3º y 4º de primaria con la jefa Belén.
- La tribu de 5º y 6º de primaria con los jefes Beatriz y Joaquín.
- La tribu de 1º y 2º de ESO con los jefes Francisco y Mercedes.
Nos separamos para explorar el nuevo territorio que se encontraba antes nuestros ojos. Las tribus de los más grandes se fueron a explorar el territorio más lejano y los más pequeñitos nos quedamos cerca de la entrada, en un campamento indio donde nos iban a contar una historia.
Despacito, despacito nos fuimos acercando y nos colocamos alrededor de un tótem con la cabeza de un águila. Una vez allí, y liberados de nuestras mochilas, hicimos un corro y nos sentamos.
Nuestra guía, en este territorio desconocido, comenzó su relato. Nos habló de la importancia de cuidar la naturaleza porque, además de nosotros, en ella viven muchos animales y plantas.
Cuando terminó, nos dijo que si queríamos ser verdaderos indios debíamos pasar una prueba. ¡Una prueba! Que consistía en recoger la basura que había alrededor del campamento...Basura que algunas personas habían tirado sin preocuparse por los animales y plantas.
Como os podéis imaginar, conseguimos pasar la prueba...¡Ya éramos verdaderos indios!
Pero no nos podíamos confiar, tendríamos que cuidar la naturaleza durante toda nuestra vida, sino, dejaríamos de serlo.
Nuestra guía nos indicó después el camino que teníamos que seguir. Atravesamos un poblado y llegamos a una reserva de animales donde pudimos ver: tortugas, hienas, pumas, tigres...
Nos cruzamos en nuestro camino con las otras tribus y decidimos parar a comer en el anfiteatro, donde se iba a realizar un espectáculo con papagayos.
Cuando terminamos de comer, y como quedaba un poco de tiempo antes de que comenzara el espectáculo, la tribu de los peques de infantil visitamos el reptilario...¿a que adivináis lo que hay dentro?
Y llegó la hora de volver al anfiteatro.
Vimos un espectáculo muy bonito en el que los papagayos tenían que contar, diferenciar colores y formas, montar en bicicleta...¡algunos lo hacían mejor que nosotros!
Además, un indio de la tribu de 5º y 6º tuvo la suerte de participar en la actuación. Tenía que acercar las fichas de colores al papagayo, y si las colocaba bien, tenía que darle un cac
ahuete.
ahuete. Después de esto, nos fuimos todos al poblado. Nos metimos en el Saloon para ver un espectáculo en el que habían cantantes y bailarinas. Nos entretuvimos bastante, pero estaba muy oscuro.
Por último, salimos de allí y nos reunimos todos alrededor del centro del poblado a esperar el último espectáculo del día. En ese espectáculo habían hombres subidos en caballos, e incluso se tiraban desde el tejado de algunas casas.
Cuando terminó, nos fuimos al autobús y volvimos a casa.
Fue un día inolvidable. Y para que lo podáis comprobar con vuestros propios ojos, aquí teneis algunas fotos más:
